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Ese título es un plagio

El título de una obra es su nombre. No es más. En principio, la obra está protegida por el derecho de autor; pero su título, solo y abandonado, no.

Un buen título es descriptivo.

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Un buen título engancha.

Un mal título puede que, por flojo, haga que la obra pierda sentido o no le haga justicia.

Hay cientos de canciones con el mismo nombre (ej.”Ay amor“). Todos hemos compuesto (con intención o sin querer) una canción con un título que alguien más ya había usado.

¿Pero hay plagio? ¿Me pueden reclamar por bautizar otra canción bajo el título “Mi Amor”?

No. Si las ideas no se protegen, el título es casi una idea. Lo importante es el cuerpo de la obra. Su desarrollo. Hacia dónde lleva el autor ese título, o por qué culminó allí.

Hay casos notorios de grandes títulos. Que por si solos podrían considerarse obras o con suficiente originalidad para ser protegidos individualmente (y en conjunto con la obra). Todas las novelas de Gabriel García Márquez hacen parte del listado de grandes títulos. Pero sería una pelea disputada y larga.

Pienso que hasta sería por un tema de aprovechamiento de reputación ajena que por plagio.

Si tienes que poner un título, está bien si tiene carne, si es original; pero si al final vas a regalarle al mundo otro “Nuestro amor”, pues,
¿qué mas da?

 

5 títulos que la sacan del estadio:

  1. El amor en los tiempos del cólera (Gabriel García Márquez)
  2. Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Charlie Kaufman et. al.)
  3. Tiramisú de limón (Joaquín Sabina)
  4. El amor de las luciérnagas (Alejandro Ricaño)
  5. Tu casa en la esquina del tiempo (La Oreja de Van Gogh)