El mes pasado, la emisora W Radio habló de la historia del grupo musical Siam y los líos a los que se vieron enfrentados cuándo les “secuestraron” sus redes sociales.
Una pareja de músicos pop que fueron sometidos a lo que parece ser extorsión. No hay otra palabra. Cuando alguien sobrepasa todos los límites que le impone la ley y utiliza tácticas para que otro haga algo en contra de su voluntad, y que no haya ninguna obligación legal de hacerlo.
Uno puede no querer pagar el arrendamiento del apartamento; pero el contrato con la inmobiliaria legítima que te cobren lo que está pendiente… así no quieras.
El lío de Siam parece ser un desencuentro frente a su disquera, y una lectura abusiva del contrato por parte de ésta. Aparentemente el asunto incluyó parar los desembolsos de dinero hacia ellos y tomar control de sus redes sociales sin su autorización. Hubo amenazas. Entre esas la de borrar sus cuentas de redes sociales. [Comunicado completo de el grupo Siam]
Ahí quiero hacer el énfasis. Sobre la supuesta amenaza de borrar las cuentas de redes sociales.
Los artistas deben ser conscientes del valor que tienen sus intangibles… no sólo sus canciones.